Las picaduras de insectos como la abeja, la avispa y el avispón suelen producir reacciones locales con enrojecimiento y dolor en el punto de la picadura.
Algunas personas pueden desarrollar una reacción alérgica cuando su sistema inmunológico reacciona al veneno. La probabilidad de desarrollar reacciones alérgicas aumenta con el número total de picaduras que recibe una persona. Si la picadura es de abeja se puede tratar de extraer el aguijón. De este modo se reduce la cantidad de veneno inyectado.
En caso de reacción local, hay que aplicar hielo y administrar un antihistamínico. En caso de reacción general en un individuo sensibilizado es necesario la administración de adrenalina.
Todos los pacientes con alergia al veneno de abeja y avispa deben estar entrenados en el uso de la adrenalina autoinyectable y llevarla siempre consigo para evitar la anafilaxia. En este tipo de alergia, la inmunoterapia es el único tratamiento eficaz para la prevención de anafilaxia inducida por picaduras de insectos.
La alergia a himenópteros es una de las alergias que ocasiona reacciones más graves. Se calcula que alrededor del 3% de la población española tiene este tipo de alergia.
En realidad, lo que causa la alergia no es el himenóptero en sí, es el veneno que inocula. Pero ¿qué son los himenópteros? La palabra procede del griego y está formada por himen (membrana) y ptera (ala). Dentro de este grupo de insectos, encontramos las abejas y las avispas.
Las Abejas

La especie de abeja más abundantes en España es la abeja doméstica (Apis mellifera), que es la especie que produce miel a través del polen de las flores.
- Viven en colmenas que pueden contener decenas de miles de ejemplares. Normalmente están situadas cerca de campos frutales o de flores.
- En las colmenas se encuentran tres tipos (o castas) de abejas: la abeja reina, los zánganos y las abejas obreras
- La abeja reina y las obreras son hembras, pero sólo la reina es fértil. Los zánganos son las abejas macho.
- Las abejas obreras son las encargadas de recolectar el polen y el néctar, de limpiar y defender la colmena y de criar a las larvas. Son las únicas que tienen aguijón y por lo tanto las que pican..
- El aguijón está unido a unas glándulas que producen veneno. Al picar, el aguijón generalmente queda clavado, arrastrando la glándula de veneno con parte del interior del cuerpo. Por lo tanto, la abeja muere poco después de picar.
- Las abejas sólo pican cuando sienten amenazada la colmena, especialmente si hay larvas, entonces es cuando están más a la defensiva. Esto suele coincidir con los meses de verano.
- Los meses de invierno los pasan resguardados en las colmenas, por lo que el riesgo de picadura se ve muy reducido.
Las Avispas

Las especies de avispa más abundantes en España son la avispa cartonera (Polistes dominula), la avispa común (Vespula vulgaris) y la chaqueta amarilla (Vespula germánica).
- Además de en zonas rurales, las avispas también habitan en zonas urbanas.
- Crían en nidos, que son creados cada año por avispas reina que han sobrevivido al invierno. Estas avispas reina ponen huevos de los que nacen las hembras trabajadoras, los machos y a partir del verano las nuevas reinas que fundarán los nidos del año siguiente.
- En un nido de avispas puede haber de decenas hasta centenares de ejemplares
- Son carnívoras y se alimentan de otros insectos. Se sienten atraídos por productos azucarados
- Defienden los nidos de forma mucho más agresiva que las abejas, así que pueden picar en cualquier momento.
- Si una avispa se siente amenazada desprende feromonas de alarma, que hacen que acudan más avispas en su defensa.
- Las hembras son las únicas que tienen aguijón.
- A diferencia de las abejas, las avispas no dejan clavado el aguijón en la piel, así que la picadura no les causa la muerte y pueden picar repetidamente. Además de picar, también muerden.
- Desde verano hasta finales de otoño es la temporada de mayor riesgo de picadura de avispa.
Reacción

- Reacción local: la picadura de himenópteros se caracteriza por ser muy dolorosa. Afecta a la zona alrededor de la picadura, que inmediatamente se enrojece , se inflama y duele. Es la más habitual y, a pesar de las molestias, no es peligrosa y no suele requerir tratamiento médico. Pueden durar más de 24 horas. Algunas veces esta reacción local puede afectar a una zona extensa y persistir durante varios días. En este caso se recomienda acudir al médico ya que puede ser debida a una reacción alérgica.
- Reacción sistémica o generalizada: generalmente ocurre poco tiempo después de la picadura (hasta una hora) y puede afectar a cualquier zona del cuerpo lejos de la picadura. Lo más habitual son síntomas cutáneos como urticaria y picor, y respiratorios como estornudos, tos, hinchazón de boca y ojos, lagrimeo, sibilancias (pitos) y dificultad para respirar. También puede haber dolor abdominal, nauseas, vómitos o diarreas. En los casos más graves pueden ocurrir síntomas cardiorrespiratorios bajada de tensión, mareo, pérdida de conocimiento y shock anafiláctico, incluso muerte en los casos más serios. Estos síntomas indican que se trata de una reacción alérgica. Esta no ocurre tras la primera picadura de estos insectos, ya que tiene que haber una exposición previa para que las personas susceptibles a desarrollarla, se sensibilicen y reaccionen en picaduras posteriores.
Una persona no alérgica puede tolerar de 1 a 25 picaduras de himenópteros, pero en cifras muy superiores puede producirse una reacción toxicológica grave a causa de la cantidad de veneno inoculado.
Tratamiento

En el caso de que nos pique una abeja o avispa, debemos:
- Si es una picadura de abeja, conviene retirar el aguijón para interrumpir la inyección de veneno,
- Si no tenemos alergia al veneno de avispas y abejas, con limpiar (con agua y jabón) la herida es suficiente. También podemos tomar un analgésico para el dolor y aplicar antihistamínicos o antiinflamatorios si es necesario. El frío sobre la picadura también puede reducir la inflamación.
- En caso de alergia diagnosticada, hay que administrar la medicación que nos haya prescrito nuestro médico especialista en alergia, y acudir a un centro médico lo antes posible.
- Es posible que el alergólogo nos prescriba un tratamiento con vacunas (o inmunoterapia). La inmunoterapia con veneno de himenópteros es muy eficaz y es el único tratamiento capaz de reducir los síntomas en caso de nuevas picaduras.