Además de las medidas preventivas explicadas, existen otras formas muy eficaces para reducir las molestias causadas por la alergia. Dentro de los tratamientos podemos diferenciar dos tipos…

Tratamiento farmacológico

Pretenden aliviar los síntomas y prevenir la aparición de estos. Por un lado tenemos los tratamientos para crisis, se utilizan cuando se presentan síntomas porque su efecto aparece de forma rápida, hay distintos tipos para los distintos síntomas que pueden aparecer. Por otro lado cuando un paciente presenta síntomas con frecuencia se utilizan los tratamientos de mantenimiento, estos tratamientos tardan mas en hacer su efecto, y para que funcionen bien hay que administrarlos de forma mantenida, se tenga o no síntomas, según las recomendaciones de tu especialista.

Inmunoterapia especifica con alérgenos

Este tipo de tratamiento puede alterar el curso natural de la patología alérgica y prevenir el desarrollo de asma en pacientes con rinitis. Además es bien tolerada por el paciente con alergia. Se trata de administrar dosis de alérgeno en repetidas ocasiones de forma mantenida. De este modo, el cuerpo se acostumbra progresivamente al agente causante de la alergia, disminuyendo la sintomatología que presenta ante el contacto con el responsable de la alergia.. Los síntomas se alivian considerablemente, la calidad de vida mejora, permite reducir la toma de medicamentos y disminuye el riesgo de otras alergias. Este tipo de terapia se recomienda para tratar alergia al polen, al veneno de las avispas y abejas, al pelo/caspa de animales domésticos, a los ácaros del polvo y a los hongos. El tratamiento suele durar entre 3 y 5 años. Existen diversas formas de tratamiento dentro de la inmunoterapia.