Nuestro organismo está preparado para hacer frente a los elementos externos que puedan ser dañinos o causar una infección (por ejemplo los virus o las bacterias causantes de enfermedades); el responsable de esta defensa es el sistema inmune.
En ocasiones el sistema inmune reconoce como nocivo sustancias externas que son inocuas, provocando una respuesta inflamatoria que provoca los síntomas alérgicos. Muchas de las alergias tienen un mecanismo mediado por la Inmunoglobulina E (IgE), tras un primer contacto con una sustancia el organismo produce IgE especifica frente a ella, de forma que la próxima vez que tenga contacto desencadenará una respuesta y por tanto una reacción alérgica. Este mecanismo no es el único capaz de producir alergia, pero es el principal implicado en las alergias ambientales y en la alergia alimentaria.
Según el órgano afectado, la reacción alérgica dará unos síntomas u otros.
ALERGIARESPIRATÓRIA
Se produce cuando una persona con alergia a alérgenos ambientales los inhala o entra en contacto con ellos, lo que puede provocar síntomas alérgicos de asma, rinitis, y/o conjuntivitis.

La rinitis, es una inflamación de la mucosa nasa. Puede ser debida a distintas causas: infecciones, causa medicamentosa, causa ocupacional, alergia….En el caso de la rinitis alérgica, los síntomas suelen cronificarse y presentarse de forma repetida.
En la rinitis alérgica persistente los síntomas están presentes durante más de 4 días/semana y durante más de 4 semanas.
En la rinitis alérgica intermitente los síntomas son 4 o menos días/semana durante 4 o menos semanas.
Luego hay otros elementos, como exponerse a corrientes de aire o a cambios bruscos de temperatura, así como tomar bebidas o comidas que estén muy frías o muy calientes, o las que están muy especiadas, que pueden provocar una rinitis llamada vasomotora al instante, pero como en el caso anterior, tampoco será alérgica.
En la rinitis alérgica se produce una inflamación de la mucosa nasal, lo que provoca mucosidad acuosa (que en ocasiones produce el típico goteo…), picor de nariz (que a veces se llega a extender hasta la garganta, el paladar y los oídos). El picor es un síntoma clave en la rinitis alérgica y puede ayudar a distinguirlo del resfriado en el que también hay mucosidad. Los estornudos en serie y la sensación de nariz y oídos tapados también son frecuentes, con una disminución de la audición como consecuencia.
En muchos casos se acompaña de conjuntivitis, esta combinación se conoce como rinoconjuntivitis alérgica.

El asma cursa con inflamación de los bronquios que puede provocar una obstrucción de esots.
Cuando se produce la obstrucción, la persona que lo sufre siente ahogo, opresión en el pecho, silbidos al respirar y posible tos.
Hay períodos en los que los síntomas son más fuertes y otros en los que la situación está más calmada.
Esta inflamación y esta obstrucción puede ser desencadenada no solo ante una respuesta alérgica, si no que existen otros posibles desencadenantes como el ejercicio físico intenso, factores emocionales y psicológicos, ciertos medicamentos, la contaminación ambiental o el clima lo que puede influir en el inicio de una crisis o agravarla.

Los ojos y en concreto la conjuntiva, la membrana que recubre el globo ocular y el interior de los párpados, son muy sensibles y enseguida pueden verse afectados por alérgenos que haya en el ambiente o por contacto.
Los síntomas que la caracterizan son el enrojecimiento de los ojos, el lagrimeo, la sensación de arenilla y el picor.
Por las mañanas no nos levantamos con legañas abundantes como sucede con la conjuntivitis infecciosa.