La dermatitis atópica (DA) es un proceso inflamatorio cutáneo caracterizado por picor y piel seca que presenta una evolución larga y que cursa en forma de brotes. Es la enfermedad crónica de la piel más prevalente en la infancia y produce un gran impacto de la calidad de vida tanto en niños como en adultos.
El tratamiento está centrado en dos ejes: el de reducir los síntomas de picor y lesiones en la piel de manera aguda y el de prevenir estos brotes.
- Para prevenir la piel atópica habrá que conocer la enfermedad e hidratar adecuadamente la piel.
- Para tratar los brotes agudos se tendrá que utilizar tratamiento en crema específico en los eczemas o zonas más afectadas como serían los corticoides o los inhibidores de la calcineurina. En casos más graves tenemos otras opciones como la fototerapia o tratamientos biológicos o inmunosupresores.
Restaurar la barrera cutánea e hidratación de la piel
Es el componente clave de esta enfermedad. El objetivo tanto de las cremas emolientes como de las cremas hidratantes es tratar a las pieles secas pero en el caso de la dermatitis atópica las cremas emolientes incorporan principios activos para devolver la flexibilidad y calmar la sequedad de la piel por lo que se recomiendo su uso diario.
Educación
Para mejorar el tratamiento será primordial hacer hincapié en la educación del paciente y de su familia. Se debe entender que no existe un tratamiento curativo pero que en la mayoría de los casos mejora con la edad pero habrá que seguir unas pautas y hábitos concretos. Sin esta información, tanto el enfermo como su familia pueden sentir frustración.
Las escuelas de atopia son sesiones de intercambio entre pacientes, padres y profesionales como dermatólogos, alergólogos, psicólogos y enfermería que ayudan muchísimo a entender la piel atópica y aplicar de manera practica el tratamiento. Se explicará cómo aplicar las cremas y que se deben evitar aquellas situaciones que alteran la barrera cutánea como el no uso de cremas emolientes, ambientes secos, estrés, sudoración, etc.
Es importante saber que aunque muchos pacientes con la piel atópica están sensibilizados a alérgenos que inhalamos a nivel respiratorio o que ingerimos en la dieta, en la mayoría de ocasiones no juegan ningún papel en el proceso cutáneo y sólo un alergólogo nos indicará si hay que retirar o no algún alimento de la dieta.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento con corticoides o inhibidores de la calcineurina tópico se aplica durante las fases de brote para detener la inflamación y es el tratamiento principal de esta enfermedad.
Corticoides tópicos: es de elección para los brotes agudos, 1-2 veces al día durante un periodo inferior a 2 semanas. El médico indicará si se utiliza pomada, crema, emulsión o ungüento según el tipo de lesión.
En casos más graves y que afectan a más zonas del cuerpo, el tratamiento con vendajes húmedos es muy útil: se usan corticoides tópicos asociados a cremas emolientes en proporciones variables y se aplican en zonas extensas del cuerpo bajo oclusión con una capa de tela húmeda (como un pijama de algodón) y cubierta con una capa de tela seca.
El uso continuado de corticoides tópicos tiene efectos secundarios como adelgazamiento de la piel, acné y aparición de vello.
Inhibidores de la calcineurina tópica: son la principal alternativa antiinflamatoria a los corticoides tópicos. No producen adelgazamiento de la piel por lo que son de elección en áreas más sensibles como la cara. Están aprobadas en Europa a partir de los 2 años de edad.
Antibióticos: tratamiento para tratar las sobreinfecciones del eccema. Se puede utilizar en forma tópica u oral.
Corticoides orales: en brotes de la dermatitis que, por su extensión o por su gravedad no se controlan con tratamiento tópico, puede ser necesario utilizar una pauta corta de corticoides orales, con reducción de la dosis en 1-2 semanas.
Inmunosupresores sistémicos: están indicados en casos graves que no responden al tratamiento anterior. Su uso está limitado por potenciales efectos secundarios. La ciclosporina A es el inmunosupresor de elección en la edad pediátrica y es el más utilizado en la práctica clínica habitual en estos casos.
Fototerapia: es la modalidad más apropiada como elección inicial en edad pediátrica a partir de 12 años como tratamiento complementario al tratamiento de mantenimiento tópico.
Dupilumab: es un anticuerpo monoclonal humano que realiza cambios a nivel de las defensas del cuerpo. Actualmente indicado en pacientes con DA de moderada a grave en pacientes adultos y adolescentes a partir de 12 años y DA grave en niños de 6 a 11 años que son candidatos a tratamiento sistémico. Se trata de un tratamiento de reciente implantación a nivel hospitalario con mejoras clínicas significativas en DA de difícil manejo y con pocos efectos secundarios descritos.
Probióticos: el papel en la prevención y en el tratamiento de la DA es controvertido y la mayoría de las guías de práctica clínica no los recomiendan para el tratamiento.
Psicoterapia: El tratamiento psicológico de la DA involucra en su gran mayoría técnicas empleadas en Terapia Cognitiva-Conductual como: relajación, inversión al hábito, reducción del estrés, autocontrol, entre otras, que sin duda han demostrado efectividad en el manejo, sobretodo en casos moderados-graves.