Al polen le gusta viajar en barco
Hace muchos años, un velero navegaba por el océano profundo. En esta zona es difícil, por no decir imposible, que llegue el polen, pero resulta que uno de los navegantes empezó a presentar los síntomas de la fiebre del heno. ¿qué pasó? Que el polen había quedado recogido en las velas y al desplegarlas, este navegante, alérgico al polen, inició un proceso alérgico. Esta anécdota ha quedado registrada en muchos tratados sobre la alergia.