Nos decía Machado que ‘En abril, las aguas mil’ y es que la primavera es época de lluvias, sin lugar a dudas. Pero alguna vez os habéis dado cuenta de que al pasear cerca de una zona de árboles después de llover, es fácil ver una especie de polvillo amarillo mezclado con agua en el suelo. Pues bien, no se trata de azufre, es el polen de los árboles cercanos arrastrado por la lluvia. De hecho, ¡en 1873 hubo una lluvia en Norteamérica tan cargada de polen que dejó el suelo fosforito!
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¿En primavera incrementa el riesgo de picaduras de abejas?
Esto se debe a que la primavera suele ser época de floración, periodo en el que las abejas inician su actividad de recolecta. La floración puede alargarse hasta otoño, aunque el pico máximo en nuestro país se da en mayo. Además, con el buen tiempo, también se dedica más tiempo a las actividades exteriores, en el campo o jardines, lo que hace que estemos más cerca de las abejas y se puedan producir más picaduras.
¿Se puede tener alergia a animales aunque no se esté en contacto con ellos?
Cuando hablamos de alergia a animales, lo que causa la reacción en la mayoría de los casos es la caspa del animal. La caspa es muy volátil y queda en el ambiente, así que si una persona se pasea por ahí, se puede llevar la caspa pegada en la ropa y trasladarla a otro lugar donde haya una persona con alergia al animal. Esta circunstancia, a veces hace que sea difícil sospechar de qué es la causa de la alergia.