El sobrepeso y la obesidad pueden influir en que un paciente asmático tenga peor evolución. Existen varios factores que favorecen esto, por un lado la obesidad favorece la inflamación de los bronquios, y parece que hace que los fármacos controladores del asma sean menos efectivos. Además al tener un tórax más voluminoso es más difícil movilizarlo con la respiración, aumentando los síntomas de dificultad para respirar. Por eso es especialmente importante que los pacientes asmáticos lleven una vida saludable y practiquen deporte de forma regular.